Me pareció sencillo y precioso el principio. Como todos los principios, supongo. Rodeados de cosas buenas, sentimientos a flor de piel, besos en exceso, y abrazos sin fin.
Qué complicado el final. Demasiado tiempo, demasiadas lágrimas. Esos sentimientos ya rotos. Desconfianza mutua.
No había consuelo, porque el fin ya era inminente. Los dos lo sabíamos. Cuándo alguien empieza a pensar que algo va mal, definitivamente, es porque algo va mal. Seguir era alargar la agonía. Para ser felices no basta con solo el amor.
Queda vida después de esto, pero nunca será igual, porque te amé. Te amé y te añoro y me despedí de ti con lágrimas en los ojos. Y sigo aquí sola y con ese tormento que durará hasta que otro "te quiero" pueda sustituirte.
No te espero, y no me esperes, porque lo nuestro terminó.